La alquimia de la sinergia

...o cómo cagarla en equipo.

lunes, 7 de octubre de 2013

De esas personas.

Porque tú eres de esas personas que quieren que sea el malo el que derrote al héroe en las películas. Porque, seamos realistas, pocas veces ganan los buenos en la vida real. De esas personas incapaces de desear el bien a nadie si antes no lo tienen para sí mismos. De esas personas que ven el encanto en lo gris, en lo roto. De esas personas que prefieren un saco de defectos a un saco de virtudes. ¿Qué encanto podría haber en alguien que es perfecto? De esas personas que, cansadas de protagonizar su propia vida, deciden adueñarse de la vida de otros, convirtiéndose en la estrella central de sus sueños y de sus pesadillas. De esas personas que la gente odia, porque sí, porque resulta fácil odiarte. Y en el fondo te encanta que te odien. No hay ningún mérito en que te quieran: mucha gente ama a Dios y ni siquiera pueden estar seguros de que exista. De esas personas incapaces de valorar lo bueno de una persona y sin ningún interés en mostrar lo mejor de sí mismo. De esas personas que prefieren brillar por su mediocridad a pesar de ser excepcionales. 
De esas personas incapaces de pedir disculpas, de sincerarse, de abrirse a alguien. Mejor no dar a nadie muestras de que es importante, que siempre te acaban abandonando. 
Eres de esas personas, ya sabes. De esas personas que pretenden ser infelices, pero que tras su sonrisa triste hay gritos ahogados de auxilio. Que en cada mirada huidiza hay la necesidad de encuentro. Que en cada palabra que se calla hay silencios ensordecedores de cosas que nuca dirás en voz alta. 
Sí, eres de esas personas.
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sábado, 26 de enero de 2013

I want to hold your hand

A veces parece que no sales de una que te metes en otra. Que cuando intentas salir a la superficie, una extraña corriente te arrastra hacia el fondo. Y tú ya no sabes ni hacia dónde tienes que nadar porque solo hay oscuridad a tu alrededor y cada vez tienes menos fuerzas para seguir nadando.
Pero entonces aparece una mano amiga y te recuerda que hay que seguir nadando hacia la superficie porque si no te ahogas. Esa persona tampoco sabe hacia dónde hay que nadar pero te coge de la mano y te ayuda a encontrar la salida. Y a veces es todo lo que se necesita: alguien que recoja tus pedazos y los guarde en una cajita para cuando tengas fuerzas para unirlos de nuevo. Porque entre tanta oscuridad a veces se nos olvida hasta quiénes somos, cómo acabamos ahí y que somos capaces de salir.
La cuestión no es solo tener a alguien a quién tenderle la mano, sino ser capaces de tender la mano y dejarte ayudar, intentando que no os acabéis perdiendo los dos entre la oscuridad.
Dicen que hace falta acabar de tocar fondo para poder salir a la superficie. A lo mejor toca hundirse para saber hacia dónde nadar. A lo mejor…


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martes, 22 de enero de 2013

Bragas para todos


Era una de esas excursiones de instituto donde el único objetivo que tenía en mente era perder la virginidad con alguna compañera de clase. Daba igual con cuál de ellas. Bueno, a excepción de dos o tres. Siempre hay que tener un poco de respeto hacia uno mismo. En el autobús, de camino al lugar, un compañero sacó un condón «Se lo he pillado a mi padre», dijo. Algunos de nosotros, entre los que me encontraba yo, teníamos una idea un tanto confusa de qué era un condón, cuando lo explicaron los listos que sí lo sabían, o eso creían ellos, yo me quedé igual. «Paridas», pensé.

Llegó la noche. La primera de las dos que íbamos a pasar allí. Fuimos a una discoteca, y yo empecé como suelo hacerlo siempre, apoyado en la barra de la discoteca, haciéndome el interesante y con un cubata en la mano, mi pareja de baile favorita. Las tías de nuestro curso bailaban y tonteaban con los de otro instituto, que también habían venido a parar allí. Pedro, el tío que había traído un condón de su padre, estaba bailando con una chica, cuando notó la mirada de un amigo que tenía al lado y la mía, nos miró, y sonriendo como un imbécil, dio un par de palmaditas a su bolsillo derecho, como recordatorio que él tenía el poder y lo iba a usar.

Una vez hubo cerrado la discoteca, los profesores nos enviaron a nuestras habitaciones de tres camas dobles. Los susurros y los suaves toques a las puertas eran una constante por los pasillos del hotel. Un par de amigos y yo decidimos llamar a las chicas con las que teníamos más confianza, con la intención de alargar un poco más la noche... por supuesto, no coincidía con las que estaban más buenas. Llamamos a la puerta y nos recibieron en bragas. Gran comienzo y mejor detalle.

Sorprendidos, pero comprendiendo que no podíamos actuar como unos primos, pasamos con total pasividad pero con seguridad, queriendo demostrar que ver tías con el tren inferior tapado sólo por unas braguitas era nuestro pan de cada día.

Bebimos, tonteamos, apagamos las luces y la virginidad estaba a punto de irse a tomar por culo... cuando, de repente, llamaron a la puerta. Las mozas, entre patadas y consejos por lo bajo, nos echaron debajo de las camas. Encendieron las luces y un par de ellas abrieron la puerta, dónde esperaba el profesor. Estaba buscando a alumnos que no estaban en sus habitaciones, les recordó que no podían cambiarse y que si en la habitación se encontraba alguno o alguna que no le tocara estar allí que saliera. Dijeron que no, que estaban ellas solas, y tras unos segundos comprobando que decían la verdad, se cerró la puerta. Me dije «Ahora sí que sí». Pero iba a ser que no. Nos dijeron que nos fuéramos, que sino podría volver otra vez al ver que no estábamos en nuestra habitación. «Ya, pero espera que se aleje y luego ya salimos... bueno, apaga la luz», me atreví a decir. La coletilla final no le gustó mucho a juzgar por su respuesta: «No, no, piraos ya».

... continuará...
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sábado, 19 de enero de 2013

Soy Amarillo

Ultimamente más gente de lo normal me comenta un hecho con el que yo he convivido desde los 8 años; Soy amarillo no soy chino.

Cuando eres bebe, si la luz que recibe tu piel es artificial, el mecanismo que el cuerpo tiene para protegerse de ese tipo de luz es generar pigmentación amarilla (igual que la produce oscura cuando nos exponemos al sol). Eso ha ido condicionando mi vida, pues desde pequeño, por causa de mi exposición a luz artificial, mi cuerpo comenzó a desarrollarse con la pigmentación más amarilla de lo normal.

A priori, nunca ha sido un problema, pero las repetidas veces que se me ha comentado en los pasados días me ha hecho asistir al médico, siempre he sabido que era amarillo, pero parece ser que las últimas semanas lo he sido más de lo común, por lo que mis padres, compañeros, amigos e incluso personas bastante ajenas a mi vida (pero que se han cruzado conmigo) me lo han comentado y han manifestado su preocupación, por lo que me decidí a asistir a la consulta.

No es de riñón ni hígado (principales preocupaciones que tenía), no es ictericia (aunque el propio color amarillo de la piel ya recibe éste nombre, pero no tengo la "enfermedad" simplemente es pigmentación amarilla, no son cánceres, ni problemas dérmicos, soy amarillo porque crecí amarillo, pero la creciente coloración es debida a hechos alimentarios: Soy amarillo porque como cosas coloridas:
Pimientos, Naranjas, Melocotones, Albaricoques, Berros, Zanahoria, Mandarinas, Brécol y otros alimentos de colores chillones que contienen mucha vitamina A.

Nunca pensé que comer fruta y verdura (actualmente el 75% de mi dieta es vegetal)  tuviese repercusiones negativas; Es paradójico que haya odiado ese tipo de alimentacion durante toda mi infancia, y que al medio madurar, conociendo las consecuencias beneficiosas que tienen para el metabolismo humano, intente inclinarme hacia éste tipo de alimentacion que incrementa la tonalidad de la piel, y en mi caso, el amarillo.
Quiero comentar que éste tipo de alimentos (sobre todo los carótidos) han sido utilizados siempre por los ricos para simular el moreno natural veraniego para aparentar no trabajar y tener tiempo de tomar el sol, ya que la pigmentación más común es la color carne, que al elevarla con esta alimentacion se vuelve rojiza (excepto si tu pigmentación es amarilla o de alguna otra variedad).

El único problema que genera éste tipo de dieta es estético; El exceso de vitamina A no perjudica a ningún órgano ni al funcionamiento del cuerpo, pero me sigue pareciendo curioso el hecho de intentar obedecer la "norma" de la buena alimentación y una consecuencia que tiene en algún caso excepcional (ser amarillo) y la preocupación que puede causar en la gente ; ¿Por qué no se suelen tener en cuenta las excepciones?, ¿Ahora mi dieta debe ser únicamente carnívora?; Son chorradas que se me pasan por la cabeza, pero quedaros con la idea coño: Obedecemos y seguimos cosas que pueden ser perjudiciales para nosotros sólo porque lo común (o lo que hasta ahora se ha considerado como lo común o beneficioso) es que tenga más repercusiones positivas que negativas.

Por último quiero denunciar a Matt Groening, pues mi medico confesó que mi pigmentación se salía muy por encima de lo normal, pero nadie se ha alertado hasta los niveles más altos de el hecho, y eso, se lo atribuyo a la normalización y la aceptación de la sociedad de la pigmentación amarilla en las personas; ¿Por qué? Porque llevamos compartiendo nuestros intentos de platos saludables con los seres más extraños morfológicamente parecidos a nosotros: La familia Simpson.
Por culpa de Los Simpson, he podido estar gravemente enfermo del hígado y nadie se ha percatado ni preocupado (ni siquiera yo) por lo normal que comenzamos a ver el color amarillo en la piel de los humanos, cosa que no debería ser así, por lo que denuncio la serie y exijo que ésta vuelva a sus protagonistas de colores reales; Los humanos no somos amarillos, metéroslo en la cabeza.

PD. No quiero que ésta chorradita que seguramente forme parte de el doctorado que haga algún día sobre paridas varias se extrapole a una crítica al color de la piel, y por consecuente, a los emi/inmi-grantes; Esa crítica ya la haré otro día.
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lunes, 14 de enero de 2013

Escupiré sobre vuestra tumba



Negadlo, y mentiréis. Decid que un título así no os llama la atención, que no os abre la curiosidad e incita a leerlo. Decidlo y os estaréis engañando a vosotros mismos.
Y, sinceramente, esa es la única finalidad de este título en la entrada del blog, llamar la atención sin más. La única relación con lo que escribiré es que coincide, no por casualidad, con la obra de Boris Vian. Y de esto tratará la entrada, de libros.

Después de leer anteriores entradas mías, os habréis dado cuenta de que soy un experto en música, astronomía, cine, así como perdedor, y filósofo revolucionario de sobremesa. Poca sorpresa es para vosotros que también lo sea en literatura. Peco de modesto…
Ahora en serio, seré sincero. Esta entrada es solo para salir del paso y publicar algo durante esta ausencia de inspiración, y ese algo son unos pocos libros de los muchos que he leído, con sus pocas razones de por qué deberíais leerlos, aparte de por afán cultural. Y ya que tenemos ese título…


-          Escupiré sobre vuestra tumba, de Boris Vian

Solo por el título cualquiera querría leerlo. Este libro consiguió algo poco fácil en mí. Escandalizarme y asquearme. Ahora pensareis que vaya mierda de razones para leerlo,  pero vaya, constantemente veis películas que únicamente tienen esa finalidad, y no de consiguen de la manera en que lo hace Vian. Además, fue prohibida en Francia, en 1948, dos años después de su publicación, por “ultraje a la moral y a las buenas costumbres”. Si eso no os parece suficiente razón para leerlo…



-         El Padrino, de Mario Puzo

Poca gente conoce la novela de la que hicieron la famosa película. Como bien dijo mi amigo tuitero @juancheca, si no recuerdo mal sus palabras… “La suerte de Puzo fue la fama que le dio Coppola y conocer al dedillo el mundo sobre el que escribía”. O algo así… Y tiene razón, Coppola le dio fama, pero ensombreció su mejor obra. No es uno de los grandes escritores, pero  la forma en que te transmite la sensación de poder, no la he visto en ningún otro lado.


-          Un mundo feliz, de Aldous Huxley

Libro profético donde los haya, visionando el camino por el que vamos, acabando en un mundo consumista y acomodado, donde se han perdido los valores humanos y las personas son creadas in vitro como en una cadena de montaje. Os hará plantearos muchas cosas…


-          Plataforma, de Michel Houellebecq

Dejad tanta tontería de Sombras de Gray y leed este libro. Sobrepasa el erotismo de buena manera. Pero no es solo turismo sexual lo que encontrareis en él.  Igual que este libro llego a mi recomendado, una vez más, por el tuitero @juancheca, yo os lo recomiendo a vosotros. No os arrepentiréis, igual que yo no lo hice.


-          El maestro y Margarita, de Mijaíl Bulgákov

Cierto es que llegamos a un punto en el que, a pesar de leer distintos libros, leemos lo mismo. Todo amor es Romeo y Julieta, igual que toda aventura es La Odisea. Pero no hay nada como El maestro y Margarita. La novela que inspiro la canción Sympathy for the devil, de los Rolling Stones.


-          El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger

El libro que ha marcado a generaciones de adolescentes.  Caracterizado por su lenguaje provocador y por retratar fielmente el pensamiento adolescente, ha sido uno de los más prohibidos tanto como de los más estudiados. Y con él se hallaban obsesionados Mark David Chapman, el asesino de John Lennon, y John Hinckley Jr, quien intentó asesinar a Ronald Reagan. De verdad que es un libro esencial.

 
-          La senda del perdedor, de Charles Bukowsky

Novela que se podría considerar autobiográfica. La forja de un escritor. La recomiendo leer después de El guardián entre el centeno, es como una secuela de él, entre comillas. No tiene desperdicio.



Y con esto finalizo esta entrada a la que espero que hagáis caso. Lo único que me jodería de morir seria todos los libros que aún no he podido leer.
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martes, 8 de enero de 2013

Mensaje a un positivista

Mensaje de Tyler_Vara (forocoches):

"Y aquí es donde todo el mundo me toma por loco. ¿De verdad voy a decirle a la gente que ponga la otra mejilla? Así es. Y quizá para muchos es pasarse de buenrollista, pero para mí es mucho más útil -sí, he dicho útil- de lo que pueda parecer. Y ya sé que demasiadas referencias a Cristo están saliendo para ser ateos pero ya veréis que no es tan raro como parece. 


Partamos de la idea de que todos sufrimos ofensas o ataques de alguna índole con más frecuencia de la que nos gustaría. Creo que no podemos negar eso ¿no?. Ante dichas ofensas podemos actuar de tres formas distintas:
-Ignorarlo, bajar la cabeza y apartarnos.
-Defendernos y contestar.
-Poner la otra mejilla. 

Casi que parece que mi opción es la peor de todas cuando resulta que para mí es la única válida is lo matizo un poco. Está claro que bajar la cabeza es completamente inútil. En el mejor de los casos, terminaré acomplejado, asustado y con dolor de cuello. Aquí no se baja la mirada ni para recoger dinero del suelo. Nadie puede ni debería hacernos agachar la cabeza. 

La alternativa es defenderse; contraatacar. Algo que no ha funcionado nunca para resolver conflictos. Pero parece lo único justo ¿no? Si tu me ofendes, yo te ofendo; si tú me pegas, yo te pego. Lo del ojo por ojo de toda la vida (y el mundo quedará ciego que decía, creo, Ghandi). Eso no tiene nada que ver con resolver el conflicto ni con la justicia. Tiene que ver con la venganza, con satisfacer esa necesidad de hacer sufrir al otro lo mismo que he sufrido yo (o un poquito más). 

Por supuesto, él podrá bajar la cabeza o contestar a mi ofensa. Terminaremos a la fuerza causando más daños a otros y a nosotros mismos sin haber resuelto ningún conflicto. 

¿Y lo conseguiré poniendo la otra mejilla? Si. ¿Cómo?

Pues primero manteniendo la cabeza bien alta, porque pondremos a otra mejilla pero eso no significa que nos rindamos. Después dejaremos claro que somos conscientes de la ofensa y que nos ha molestado. Incluso dejaremos claro que no nos merecemos eso. Y después dejaremos claro que eso no nos asusta, que seguimos estando expuestos porque ante semejantes ataques no nos vamos a defender; que preferimos ser atacados de nuevo a tomar una posición violenta por culpa de esos mismos ataques; que nos sobran narices para aguantar un par más. 

Os puedo asegurar que nunca, absolutamente nunca, esa persona seguirá con los ataques. Se retirará sabiendo que puede intentarlo tanto como quiera, pero que no puede vencernos, que ni siquiera puede herirnos.


Después de cargarse en mi santa madre, le digo que no me parece bien que haga eso pero ni me defiendo ni lo ataco. Automáticamente se retira. Por supuesto, he tenido que morderme la lengua y calmar mis ganas de que el sufra la misma ofensa. Por supuesto también, no he obtenido la disculpa que merecía, pero la conversación ha terminado sin más ofensas por parte de nadie. Lógicamente, esto no es ciencia, pero os aseguro que funciona. "


Mi respuesta:


Vives en una burbuja de felicidad absoluta.

Eso esta bien, de verdad, muchas de las cosas que dices las he pensado bastantes veces, y mira, en mi caso las he escrito en un blog. Pero aunque puedas ir dando mensajes de alegría y paz al foro no quiere decir que tengas toda la razón. Aunque es obvio que ya lo sabes.

Me pareces un charlatán. Un buen charlatán, en el mejor sentido de la palabra; yo también lo soy, a mi manera y con mi gente, intento "hacer", más que "hablar", e intento no abusar de mi propia idea, pero se me da bien y siempre tengo algo bueno que decir, de ahí que yo también lo sea.

Pero hay que ser realistas y tu mensaje hace tomarse las cosas con tanta felicidad... que me asusta pensar que alguien se lo tome todo tan bien. Pierde parte de su más innata humanidad, que alguien no pueda dar un grito por un cabreo, o insultar a alguien o llegar a odiar. 

Te lo digo yo que soy de esas personas que no entienden muy bien el odio en general, no se como se puede llegar a odiar a alguien durante más de una semana. Conozco el perdón de buena mano, la mía para ser exactos.

Antes de darte un consejo, que tomarás o dejarás según tu propia decisión, reconozco que no he leido todos los textos que has escrito, pero si algunos y creo que deberías dar sitio a la otra cara.

El rencor y la ira y la tristeza... son naturales, hacen que puedas llegar a superarte y ganar, a darte algo mejor y a ver las cosas con más claridad, y alejarte de lo que hace mal, siempre que tengan fundamento.
El miedo también lo es, también hay que superarlo y enseña a ser cauto, cuando se debe. 


Una pelea de vez en cuando, llegando o sin llegar a los puños, no va mal... Nos recuerda de que estamos hechos. No deja de ser un mazazo de la realidad que nunca hay que olvidar, vivimos en ella.
Responder con la felicidad ante todo es para mi un modo de conformismo y el conformismo es la aceptación de una mentira. A pesar de saberlo, que es lo peor. También se conoce como cobardía. 

Aplicando el "ying" y el "yang" de todo esto se consigue una estabilidad muy confortante y si se llega a exteriorizar es muy atractiva en general, tanto para tí, como para los demás, llegando a ser contagioso.

Ahí te lo digo, pero es mi opinión, aun así me encanta que haya positivismo en alguna parte.
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jueves, 3 de enero de 2013

Año nuevo... ¿vida nueva?


Tercer día del año. Y el tópico dice “año nuevo, vida nueva”. Demasiado optimista para mí, no me pega. La vida no viene en cómodos fascículos, desgraciadamente. La mierda de todo el año no desaparece simplemente porque sea 31 de diciembre, se acumula en un rincón para dejar sitio a la que vendrá este año.
¿Y qué pasa con proponerse cosas cuando acaba el año? ¿El resto de los 364 días para qué están? Para esperar al día 31 y decir: “Ahora sí que puedo empezar la dieta” o “Venga, a partir de ahora iré cada día al gimnasio”. Chorradas. Sabes que al cabo de dos semanas ni te acordarás de tus promesas de año nuevo.
Y por no hablar de esa manía de pedirle cosas al año que entra, como si fuera un concepto corpóreo, casi como un dios que pudiera oír tus deseos. "Un amor", "Salud", "Aprobar todas las asignaturas". Siento deciros que si queréis algo solo podéis contar con vosotros mismos. Y, si sois los suficientemente afortunados, tendréis a una, dos o tres personas a vuestro alrededor que os ayudaran en el camino, no más.
Y es precisamente de esas personas de las que quiero hablar hoy. Lo que debería preocuparnos de verdad es poder mantener esas personas en nuestra vida, que muchas veces dejamos olvidadas porque damos por sentado que siempre van a estar ahí y hasta que no dejan de estarlo no nos damos cuenta de su verdadera importancia.
Si  te paras a pensar un segundo seguro que sabes a quién me estoy refiriendo. Lo sabes tú y nadie más. Pero, ¿lo saben esas personas? ¿Les has hecho saber que son importantes, que las quieres, lo que representa en tu vida? Puedes pensar que ya lo deben saber pero, créeme, les gustará oírlo. Cuando hay algo que nos molesta de alguien no tenemos tantos reparos a decirlo, entonces ¿por qué nos cuesta tanto hacer saber a la gente lo que representan en nuestra vida? Si esa persona es importante, algo habrá hecho para merecer que lo sea y  por lo tanto merece saberlo.
Muy a menudo ocurre que solo nos acordamos de nuestros amigos en nuestros momentos bajos. Yo opino que es igual o más importante saber compartir con ellos los buenos momentos también, hacerlos partícipes de ellos. Fortalecen las relaciones, las hacen más sanas. Lo que puede ocurrir sino es que los buenos momentos acaben (que siempre acaban) y no haya nadie para apoyarte en los malos momentos.
Mi única propuesta de año nuevo es seguir cuidando de la gente que forma parte de mi vida y que vale la pena seguir manteniendo en ella. A todos vosotros, gracias.

Laura
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